martes, 9 de enero de 2018

Margarita en Bicicleta


    Un recorrido poco tradicional por playas menos concurridas que las cercanas al centro...

    Luego de viajar fuera del país en bicicleta, decidí hacer lo mismo en Venezuela y tomar un avión con mi bici como equipaje adicional en el 2015 para la Isla de Margarita.

    Anteriormente viajaba con frecuencia para El Yaque con amigos aficionados al windsurf, donde aprendí un poco, pero nada del otro mundo, pero no salía mucho del circuito de El Yaque y de la rumba de Porlamar.

    Para un recorrido por la isla, el equipaje es super ligero, solo empaqué dos shorts de baño, una bermuda, una camisa, dos franelas y ropa de bici (licras, casco, guantes) y por supuesto, toalla para la playa y artículos de aseo personal, lo que sumado a la funda de la bicicleta, tenía este aspecto en la ruta (un poco desordenado en la foto por ser una parada playera)

Stop en Playa Zaragoza

    Pues en Bicicleta, todo fue distinto, salvo la primera noche. Luego de aterrizar en la isla, armé mi bici en plena plaza del aeropuerto, lo normal cuando uno viaja en bici: armar el manubrio, la rueda delantera, los pedales, ajustar el asiento e inflar los cauchos que obligan a desinflar por motivo de la descompresión del aire en la zona de las maletas.

El Yaque a solo 7 kms del Aeropuerto,
Mucha brisa si
     De allí, decidí irme para territorio conocido para ajustar todo y pasar un día de relax y me fui a Playa El Yaque. No era temporada y ya las cosas andaban distinto en Venezuela, así que la playa no tenía mucha gente como antes, cuando se encontraba llena de turistas de todo el mundo por el famoso viento que pega en ese sitio, sin embargo, los bares y restaurantes estaban abiertos y comencé comiéndome una catalana cera de la cancha del pueblo, no tan exclusivo como comer a orillas de la playa, pero más económico y con el mismo sabor.





    Con la barriga llena, me fui a la playa, pero la brisa constante aveces resulta un poco molesta, así que exploré la parte izquierda de la playa y detrás de una pequeña colina, había una playa que casi nadie visita, pero que tiene aguas más cristalinas y no está dentro de la ruta de los que practican windsurf ni kitesurf, así que decidí tirar la toalla allí en esa playa...



    No creía que estaría activo, pero en la noche pasé por la playa nuevamente y muchos bares estaban trabajando pese a ser mitad de semana, así que me tomé unos Cubalibres en Beach Bar, no muchos para no forzar la jornada del día siguiente, que era un poco larga y no sabía como iba a ser el clima en la isla para rodar (luego de haber pedaleado en Europa con frío  verdaderamente no sabía que esperar en la isla).












    Salí super temprano (uno verdaderamente duerme distinto fuera de Caracas al saberse lejos, se descansa más), el punto a llegar era "lejano", y una vez más el hecho e ir entre semana, se notaba tanto en la vía como en la playa al llegar, yo no conocía Punta Arenas y al llegar cerca de las 10:00 a.m., me quedé en el primer sitio que encontré, habían un montón de toldos y sillas, en las que me instalé y por ser día de semana, la gente no estaba activa económicamente, por lo que no me cobraron por las sillas ni por el toldo que utilicé, pero no había servicio de comida (en la zona en que me quedé), pero recorriendo, en unos ranchitos que están en plena playa, de las personas que pescan por la zona y cuidan las sillas y toldos durante los días de semana solitarios, luego de preguntar, acordaron prepararme un pescado frito que tenían con un arroz y un sofrito de cebolla que era lo poco que tenían, pero que luego de haber pedaleado durante la mañana, la verdad me supo a gloria, por lo que cerré el almuerzo playero, con un poquito de ron que había comprado en El Yaque el día anterior, a precios que verdaderamente no volverán...




















    Resultó que luego de las 3:00 p.m., luego de dormir un rato en la playa me enteré que la parte izquierda era la más modesta de Punta Arenas y en la parte derecha, más hacia el norte, estaba una playa un poco más cristalina, con un poco más de instalaciones y por supuesto, más costoso, pero vale todo la pena.

    A esa hora entonces me dirigí a una posada muy recomendada por la gente de BiciMargarita, a los que les mando un saludo, queda dicha posada al norte de Macanao, en una zona que llaman Playa La Pared, es una posada muy peculiar, donde tienen muchos adornos colgantes y que por la brisa, siempre están sonando, sus dueños prestan servicios de masajes y la comida es bastante buena, se llama Makatao, en la orilla de la colina que está frente a la playa, cuentan con unos toldos con hamacas y resulta super relajarte, aparte que las habitaciones son una especie de cabañas super espaciosas, como para ir con bastante gente e instalarse lejos del resto rumberos que invaden la parte este de la isla.

    Acá unas fotos de la posada, altamente recomendada ahora por mi también....

De Punta Arenas a Makatao

Vista desde lo alto de la colina de Playa La Pared,
Zona exclusiva de la posada

Compañero de la zona

Buena compañía :)



Habitación de dicha oportunidad, el piso de arriba de esa cabaña,
super fresca por la brisa de Macanao























Habitación super espaciosa, acá verdaderamente
pueden quedarse unas 5 personas cómodamente

Cena incluida, aunque se haya ido la luz
Desayuno también incluido y a pedalear...
    Luego del desayuno, fui a visitar a una amiga que montó una posada en La Guardia, donde igualmente, frente a la playa, otro pescado frito fue mi recepción, con unas cuantas cervecitas, hizo mi jornada bastante llevadera... La posada está frente a la playa y se llama Tukusito, atendida para la época por su dueña, la bella Marlene, que cocina magnífico, además de emplatar bastante bien el pescado, dándole un aspecto gourmet. Esa tarde me comí un Tajalíbastante sabroso y estuve caminando por la playa, pero ya los días rodando me estaban pasando un poco factura y dormí temprano...

Jugo de Caña on the road..





Hidratación luego de la jornada ciclística :)

Atardecer desde Posada Tukusito, La Guardia, Margarita...

Tajalí con arroz y ensalada :)
Reporte de la posada en sus redes sociales, ya un poco colorado por el descuido :)
    De La Guardia continué mi trayecto sentido este, por la vía principal, haciendo una parada en Juan Griego donde tomé un jugo de piña en un puesto tradicional que antes era un carrito ambulante y ahora es uno de los kioscos que se encuentran en la parte principal de la playa y visité un fuerte que se encontraba allí también, así como un Faro que encontré en el camino, haciendo mi parada de rigor para una dosis de pescado, playa y descanso en Playa Zaragoza, que es si se quiere pequeña, pero cuenta con un bulevar bastante bonito en toda la orilla de la playa, lleno de restaurantes por supuesto de Pescados y sus aguas son bastante calmas y cálidas como para hasta dormir flotando por allí a la deriva...




Playa Zaragoza desde su parte derecha, ya retirándome...

    Luego de haber descansado y reposada la comida, seguí mi trayecto a la ciudad, para Porlamar, donde me esperaba una prima que vive desde hace tiempo allá en ese paraíso, sitio donde terminó mi jornada ciclística pero aún me esperaba unas cuantas cosas sabrosas más por degustar... 

     Irónicamente, al recuperarme del trayecto, nos fuimos en carro de regreso a Juan Griego, donde nos comimos unas pizzas super sabrosas con mariscos y otra de champiñones,  mientras se veía el ocaso famoso del sitio, que por descuido no pude captar, pero si el festín...



















Mi prima Francis

Pizza para variar :) 
Too late para el ocaso...

     Finalmente llegué a casa de mi amigo Jorge, quien me invitó a un restaurante muy sabroso en La Asunción "Pola", donde terminé mi experiencia Margariteña comiéndome un Pastel de Chucho (es como una mantarraya pero con otros colores de piel) super sabroso, tomando mi avión de vuelta a la realidad capitalina esa tarde, pero satisfecho de un tour que no muchos hacen pero que de verdad, espero que se animen a realizar
El reencuentro con el pana Jorge

El Legendario Pastel de Chucho...




    La isla, la vía, los margariteños y mis amigos me hicieron sentir super afortunado en esa mi primera vuelta a la isla, luego hice una en el 2016 y espero regresar y dar montones de vueltas recorriendo no solo los sitios más famosos sino hasta los huequitos más perdidos, en la vía vi bastantes veredas con playas perdidas y pueblitos de pescadores, que seguramente resultarán interesantes...

     Margarita es un tremendo sitio turístico y debo afirmar que mucha gente se concentra en la parte este, dejando sin visitar el centro de la isla y el oeste, parte a la que le falta más publicidad, con el ferry y la posibilidad que hoy les planteo no hay excusa, de hecho mi segundo viaje lo hice llegando en ferry, dejando el carro en Pto La Cruz y comenzando mi jornada desde  Punta de Piedras.

    Así que tome su equipaje y su bici, vaya a Margarita y Disfrute...

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